La Página
Félix Madrigal
Morelia, Michoacán.–El precio de la tortilla podría incrementarse hasta los 25 pesos por kilo en algunas zonas de Morelia, según reportes de tortillerías locales que aseguran que los costos de producción ya no permiten mantener los precios actuales.
Actualmente, el precio de la tortilla varía entre los 21, 22 y 23 pesos por kilo, dependiendo de la colonia. En lugares como Lomas del Valle, por ejemplo, el kilo de tortilla se vende actualmente en 23 pesos sin papel, pero los comerciantes ya anticipan que en los próximos días podría subir hasta los 25 pesos, también sin incluir el papel.
En contraste, en otros puntos de la ciudad, como en las inmediaciones del Mercado del Auditorio, el precio se mantiene en 22 pesos, pese al incremento sostenido en los insumos. La tortillería de los Hermanos Rangel, ubicada en esa zona, se informó que el principal motivo de preocupación es el aumento en el costo del maíz, que recientemente alcanzó los 1,100 pesos por tonelada.
“La mezcla ya no es la misma de antes y suben los precios. Todo se encarece: el maíz, la gasolina, el gas y la luz”, explicó una de las hermanas Rangel.
A pesar de esta situación, los Hermanos Rangel han mantenido su precio desde hace tres años, principalmente por la fuerte competencia que existe en su zona. “Aquí alrededor hay varias tortillerías, y todas se mantienen en el mismo precio. Para subirlo, tendrían que ponerse de acuerdo”, señalaron.
Destacaron además que ellos ofrecen la tortilla a 22 pesos ya con papel y bolsa incluida, a diferencia de otras zonas donde el precio es mayor y el empaque no está contemplado. “Uno trabaja mucho y gana poco. Si esto sigue así, ya no va a costear”, agregaron.
La amenaza del incremento se extiende a más colonias de Morelia, y el posible aumento representa un nuevo golpe al bolsillo de las familias michoacanas.
Mientras tanto, las tortillerías locales siguen resistiendo entre márgenes mínimos de ganancia y una presión creciente por parte del mercado de insumos, esperando no tener que trasladar el golpe al consumidor final.
Imagen ACG
