La Página
Por ALFREDO SORIA
Morelia, Michoacán, a 23 de Junio.- Cuando Silvia Chávez Gallegos terminó la especialidad de Pediatría en el Hospital Infantil de Morelia, soñaba con quedarse a trabajar ahí. Sin embargo, tuvo que regresar a su natal Zacapu. Lo que parecía un paso atrás, fue el inicio de una historia que hoy inspira a médicos, pacientes y familias enteras: la de una mujer que rompió barreras, que se enfrentó al cáncer infantil y que, con ternura, ciencia y convicción, cambió el destino de muchos niños en Michoacán.
“En mi tiempo solo había un oncólogo pediatra que era el doctor Primo Cruz y siempre nos invitaba a alguien a que hiciera oncología porque era el único en todo el estado. Finalmente me convenció”, cuenta. En 2001 se fue al Hospital Infantil de México a formarse como oncóloga pediatra. Dos años después, en 2003, regresó como la segunda especialista en ese rubro en el estado, y la primera mujer oncóloga pediatra de Michoacán.
En ese entonces, el panorama era sombrío. “La sorpresa es que eran bien poquitos los que se curaban por falta de apoyo”. Junto con el doctor Primo Cruz, escribió el programa de gratuidad que logró disminuir el abandono del tratamiento de un 30 por ciento a menos del 5, “que es lo aceptado a nivel mundial”.

Aunque muchos imaginan que su trabajo está envuelto en tristeza, la realidad cotidiana en su consulta es otra. “Los niños se acostumbran a vivir en el hospital, que te ven como una segunda familia, que juegan, que ven tele, que sonríen, que les gusta la foto…”. Cada paciente tiene un médico tratante, lo que permite crear vínculos profundos. Y aunque no todos los casos son de éxito, la doctora afirma con firmeza: “Nunca te acostumbras a la muerte de un niño”.
La emoción la invade cuando habla de quienes vencieron la enfermedad. “Yo tengo pacientes que ya son profesionistas. Tengo a la primera paciente curada que ya está estudiando medicina, odontólogos, enfermeros… incluso quienes son cultores de belleza y que te hablan y que te llevan a presentar a sus hijos, pues te sientes como abuelita de sus niños”.
Uno de sus casos favoritos es el de un joven que conoció a los 14 años con un tumor en el pecho. “Cuando se curó, lo invité a un foro de supervivientes. Le preguntaron que cómo había lidiado con el cáncer, y dijo que su medio de escape fue aprender a tocar el violín. Cada que tocaba, se olvidaba”. Ese niño ahora es economista, vive en Estados Unidos, y cada año regresa a visitarla: “Me trae mi regalito de Nueva York, su llaverito, una playera”.

Silvia Chávez también recuerda a un pequeño que trató al año de edad, “que difícilmente se curan los niños pequeñitos, y ahorita es nutriólogo, vive en Canadá, es fisicoculturista”. Esas historias, asegura, las comparte en redes sociales “porque es como un aliciente para los niños que están en tratamiento”.
Cuando llegó al Hospital Infantil de Morelia solo eran dos oncólogos. Hoy son siete. “De ser uno en el 90… yo llegué en el 2003, fuimos dos. Luego en el 2005 llegó otro. Luego en el 2009 llegaron dos que mandamos a formarse. Y ahorita hay tres doctoras nuevas, oncólogas pediatras”.
Con 22 años de trayectoria, se siente satisfecha. “Estoy ya a pocos años de jubilarme, pero satisfecha de todo lo que he podido hacer después de venir de un lugar muy pequeñito que era Zacapu”. Recuerda que su papá solía decir que “si no tenías palanca, no podías avanzar”, pero a ella nunca le faltó motivación: “Afortunadamente, he seguido el consejo de mi mamá, que decía ‘tu palanca es Dios’. Entonces, sí se puede”.

Para las nuevas generaciones de médicos, su mensaje es claro: “Todo pasa, y cuando se hace con amor, y estudias, y tratas de alcanzar tus metas, te va bien”.
Aunque ha visto avances en la equidad de género, admite que “todavía no tenemos las mismas oportunidades”. Y no habla de derechos solo para mujeres: “A mí lo que más me gusta es hablar de equidad. El mejor, ya sea hombre o mujer, tiene que estar en el lugar donde pueda ayudar a nuestros enfermos, a nuestros niños”.
Hoy, como presidenta de la Agrupación Mexicana de Hematología Oncológica Pediátrica, la doctora Silvia Chávez Gallegos sigue acompañando a nuevas generaciones de médicos, y a muchas familias que, como ella, se aferran a la esperanza.

Fotos ACG y Cortesía