Por JAIME A. ESPARZA CORTINA*
La semana anterior, a raíz del resultado de la consulta fallida sobre una pregunta elaborada por la Suprema Corte para enjuiciar a políticos y exfuncionarios del pasado, que nunca nadie entendió por ambigua, frívola y confusa, considero que lo único que obtuvo esta institución fue un desgaste innecesario en su imagen y prestigio que ha venido adquiriendo a través de los años con servidores capaces, honestos y muy profesionales.
Por lo anterior, se me vino a la memoria aquella interesante visita que un grupo de amigos michoacanos hicimos hace casi una docena de años al entonces Ministro Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Guillermo Ortiz Mayagoitia, jurista de alto rendimiento, íntegro y serio, con amplio reconocimiento dentro de la comunidad jurídica mexicana, que llegó a ocupar esta trascendente representación después de haber desarrollado una intachable y sólida carrera judicial.
Siempre defendió con la Constitución en la mano la independencia del Poder Judicial de la Federacion.
Fue muy amable al recibirnos a petición de su amigo personal el abogado Jesús Duarte Ochoa, nos invitó un sabroso desayuno en el comedor anexo a sus oficinas y después de una agradable plática, realizamos un recorrido por el majestuoso edificio que alberga a la corte y al final nos tomamos la foto del recuerdo en su despacho oficial.
Asistimos Emilio Lucatero Ramos, Víctor Silva Tejeda, Honorio Salas Medlin, obviamente, mi cuñado Jesús Duarte Ochoa y su servidor.
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* Jaime A. Esparza Cortina. Es licenciado en Derecho por la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, donde también se desarrolló como catedrático. Ha sido diputado en el Congreso del Estado de Michoacán; secretario de Gobierno en Michoacán.
