Morelia, Michoacán. La Selección Mexicana no tuvo la participación deseada en la Copa del Mundo de Qatar 2022, el cuadro dirigido por Gerardo Martino no pasó de la fase de grupos y consumó un fracaso.
Una situación que no pasó desapercibida para Gerard Piqué, exjugador del FC Barcelona que durante una transmisión comentó sobre el accionar del Tricolor.
El exesposo de Shakira se encontraba en vivo junto a Ibai Llanos, Sergio “Kun” Agüero, DjMariio, Juan Guarnizo y varios streamers, esto para discutir acerca del proyecto de la King’s League, competencia en la que es uno de los propietarios.
“Una pregunta, ¿en México se puede fichar? Lo digo porque en México no ha habido ningún fichaje aún. No se ha anunciado nada. No sé si ha parado el país por el buen rendimiento de la selección en el Mundial”, comentó.
Palabras que de inmediato causaron una importante reacción en redes sociales, en las que incluso algunos usuarios le pidieron a Saúl ‘Canelo’ Álvarez intervenir, como si fuera mentira.
Lusail (Catar). La selección de Argentina logró su tercer título mundial al imponerse a Francia en la tanda de penaltis (4-2) tras acabar la prórroga con empate a tres y devolvió a Sudamérica el cetro universal, que no ostentaba desde que Brasil se impuso a Alemania en el partido decisivo de Corea del Sur/Japón 2002.
La Albiceleste completó el trío de títulos después de los conseguidos como local en 1978 ante Países Bajos (3-1) y en México 1986 ante Alemania Federal (3-2).
Brasil encabeza la nómina de campeones con cinco coronas, una más que Alemania e Italia. Argentina se sitúa cuarta en solitario, con una más que Francia y Uruguay. Cierran la relación, con una, Inglaterra y España.
Asia ha vuelto a ser un continente propicio para Sudamérica. Dos de dos. En el primero Brasil se coronó al imponerse en Yokohama (Japón) a Alemania por 2-0 gracias a un doblete de Ronaldo Nazario.
Desde entonces, el Viejo Continente había dominado el torneo. Italia, en Alemania 2006, España, en Sudáfrica 2010, la ‘Mannschaft’, en Brasil 2014, y Francia, en Rusia 2018, se habían proclamado campeones hasta que en Qatar 2022 Argentina ha cortado la racha.
En total, Europa domina el palmarés de la Copa del Mundo con doce títulos, por los diez de Sudamérica gracias a los cinco de Brasil y los tres de Argentina y los dos de Uruguay.
En el primer tiempo, Leo Messi, con un disparo desde el punto de penalti en el minuto 23, adelantó a Argentina en la final de Qatar 2022 contra Francia, y Ángel Di María, en el 36, dobló la ventaja de la albiceleste.
La pena máxima fue cometida por Ousmane Dembélé sobre Ángel di María después de que éste le regateara con facilidad para internarse en el área.
Desde los 11 pasos, Lionel Messi anotó el primero que puso en ventaja a Argentina sobre Francia y con este gol alcanzó los 12 goles de Pelé en la historia de la Copa del Mundo.
Posteriormente, con una gran jugada de los argentinos, Di María marcó el 2-0, antes de terminar el primer tiempo.
Didier Deschamps, técnico francés, mostró su enfado por el rendimiento de los suyos e hizo un doble cambio, en el minuto 40, con la entrada de Thuram y Kolo Muani por Dembélé y Giroud. EFE
VIDEO RESUMEN
Foto: EFE
El mundo asiste este domingo a un duelo estratosférico, Argentina contra Francia, Lionel Messi contra Kylian Mbappe, la aspiración eterna del ’10’ “albiceleste” de conquistar el Mundial contra la hazaña del ‘bleu’ de emular a la legendaria Brasil de Pelé con dos títulos consecutivos.
Ni en Alemania 2006, ni en Sudáfrica 2010, ni en Brasil 2014, cuando jugó y perdió la final en la prórroga, ni en Rusia 2018, cuando se enfrentó y cayó en octavos Francia, alcanzó tal desafío el atacante argentino, el mejor de la historia para muchos, que afronta su último partido en la Copa del Mundo, la última ocasión de rememorar al Diego Armando Maradona de México’86.
Pendiente del virus que lo acecha, la actual campeona ha llegado a la final con menos solidez defensiva que 2018 compensada por una efectividad goleadora incluso sin la mejor versión de Mbappé, pero con un fantástico Antoine Griezmann en su reinvención como jugador total, que le permite ambicionar la segunda corona consecutiva, como la Brasil de 1958 y 1962, como la Italia de 1934 y 1938.
Doha. La clase de Mislav Orsic alumbró el adiós mundialista de Luka Modric y dio a Croacia el triunfo (2-1) sobre la sorprendente Marruecos, lo que le mantiene en el podio de la cita universal tras el subcampeonato alcanzado en la pasada edición.
Modric culminó su cuarta fase final con otro magnífico resultado que no puede empañar la derrota en semifinales ante Argentina. El jugador del Real Madrid, declarado mejor jugador de Rusia 2018, volvió a completar un torneo modélico, quizá no tan brillante, pero en el que de nuevo expuso su categoría pese a los 37 años que luce.
Zlatko Dalic, seleccionador croata, no quiso que su capitán se perdiera la lucha por el tercer puesto. No ha anunciado su decisión aún el ’10’, pero todo apuntaba a que el encuentro, dada su edad, sería su adiós a la Copa del Mundo, con la incógnita de si seguirá para la próxima fase final de la Liga de Naciones o si llegará hasta la Eurocopa 2024.
También incluyó en el once Dalic a otro de los referentes veteranos de la plantilla como Ivan Perisic, en esta ocasión metido a lateral zurdo en vez de extremo. Y además mantuvo a Mateo Kovacic en la medular y a Josko Gvardiol en el centro de la zaga.
Habían avisado los croatas que para ellos este partido por el tercer puesto no era ni mucho menos un compromiso descafeinado. Era su final. Lo mismo para Marruecos, la gran revelación del torneo, que se atrevió incluso a plantar cara en la semifinal a la todopoderosa Francia tras ir dejando en el camino a potencias como Bélgica, España o Portugal.
Walid Regragui también mantuvo a buena parte del equipo habitual salvo los lesionados y Azzedine Ounahi, uno de los jugadores que más ha impresionado durante la competición y al que recurrió en el segundo periodo.
La otrora llamada ‘final de consolación’ fue, sin ser nada del otro mundo, más vibrante que el partido que enfrentó a ambos equipos en la primera jornada de la fase de grupos, que terminó con empate a cero y sin apenas llegadas.
El desgaste acumulado, la falta de frescura y hasta la mayor ambición ofensiva de los ‘Leones del Atlas’ permitió ver un partido más abierto, con más idas y venidas. Eso favoreció a Croacia, que esta vez, pese a que le faltaba el eje de su medio del campo, Marcelo Brozovic, sí que pudo llegar de forma más asidua ante Yassine Bono, aunque también los pupilos de un intensísimo Regragui se aproximaban al área de Dominik Livakovic.
El intercambio de goles inicial, parecidos, tras sendas acciones a balón parado, remachadas por dos centrales como Gvardiol y Dari, hizo presumir hasta un espectáculo ofensivo. No fue así. Ambos equipos decidieron afinar más las marcas y frenar a sus rivales.
Tan solo se salió del guion Orsic, el buen jugador del Dinamo de Zagreb que fabricó un bonito gol con un disparo colocado al palo contrario al que Bono no pudo llegar por poco. Una luz de calidad en un choque que por momentos era atolondrado, con mucha intención pero sin precisión.
Es el mejor homenaje que le podía hacer a su capitán y a su selección. Ganar el tercer puesto con un tanto de bella factura. Digno colofón a la carrera mundialista de Modric y a otro magnífico torneo de una selección ajedrezada.
La derrota no empaña tampoco el tremendo trabajo de Regragui y toda la selección marroquí. Dio de nuevo la cara. No se arredró en ningún momento. Buscó y buscó. Quiso pero no pudo y la falta de acierto en las áreas le volvió a penalizar. En-Nesyri tuvo en su cabeza la prórroga, pero el balón se le marchó alto.
El cuarto puesto es un hito tan histórico para Marruecos y el fútbol africano como para Croacia enlazar el segundo con este tercero. Un cierre honroso estaba asegurado para ambos equipos, pero el que celebró fue el que encontró la inspiración en el tiro de Orsic y pudo festejar a Modric.
Doha. Las mascarillas han regresado a la expedición francesa en el Mundial de Qatar. A dos días de enfrentarse en la final a Argentina, varios jugadores sufren un proceso febril que inquieta al cuerpo médico y técnico, que comienza a preparar con esa inquietud añadida la forma en la que frenar a Lionel Messi.
A los afectados por el “Virus del Camello” se suman otros jugadores con problemas físicos. Aurélien Tchouaméni, que sufre una contusión en una pierna, y Théo Hernandez, con un golpe en una rodilla, volvieron a perderse el entrenamiento colectivo por segundo día consecutivo. No hay gran inquietud sobre su participación en la final.
Por ahora son cinco los jugadores afectados por el virus, después de que Raphael Varane e Ibrahima Konaté se sumaran en las últimas horas a Kingsley Coman, que sufrió síntomas el jueves. Dayot Upamecano y Adrien Rabiot ya se han reincorporado a los entrenamientos con el resto de la plantilla, después de que el virus les obligara a perderse la semifinal contra Marruecos del miércoles.
La sensación en el interior de la expedición francesa es de preocupación, pero no de pánico. Los médicos descartan que se trate de COVID y también que los síntomas sean demasiado graves. Algo de fiebre, malestar y poco más.
La bajada de las temperaturas en Doha en los últimos días y el aire acondicionado, muy fuerte en el interior de muchos lugares, son las causas que apunta el cuerpo médico francés.
A Upamecano, el primero en tenerlo, apenas le duró dos días e incluso estuvo en el banquillo contra Marruecos. No salió porque no se había entrenado los días previos y Didier Deschamps prefirió colocar en el eje de la defensa a un jugador más fresco, Ibrahima Konaté.
Rabiot, el segundo, vio la semifinal en el lujoso hotel de concentración de su selección y no participó de la fiesta en el vestuario, pero al día siguiente ya pudo ejercitarse y este viernes lo hizo con el resto de los compañeros, por lo que está a disposición del seleccionador.
Coman tenía ya algún síntoma el miércoles y el entrenador prefirió no sacarle en el partido ante Marruecos, pese a que hasta ahora había sido el reemplazo habitual de Ousmane Dembélé. Desde entonces, también se encuentra aislado.
Lo mismo sucede con Varane y Konaté, los dos últimos que han tenido síntomas, sometidos al protocolo habitual de estricto aislamiento en sus habitaciones para evitar la circulación del virus. La memoria tiene frescos los gestos de prudencia, que según relató Dembélé se siguen con mucho cuidado, el lavado de manos, la distancia de seguridad o evitar al máximo los contactos.
“TÉ CON JENGIBRE Y MIEL”
Pero el jugador del Barcelona le restó importancia. “No tenemos miedo. A Dayot y Adrien les hice un té con jengibre y miel y se pusieron buenos”, bromeó el extremo.
La preocupación llega porque el virus puede echar por tierra los planes de Deschamps. El seleccionador viene siguiendo un programa muy controlado, con un grupo reducido de jugadores, 24, tras las ausencias de Lucas Hernandez, que se lesionó en el primer partido, y Karim Benzema, que lo hizo dos días antes del debut de Francia, pero al que el seleccionador decidió no sustituir.
El resultado es que hay puestos muy sensibles en su esquema. Si Theo Hernandez, por ejemplo, contrajera el virus, habría que improvisar un lateral izquierdo. Contra Túnez, cuando Deschamps se dedicó a hacer experimentos, el elegido fue Eduardo Camavinga y el resultado no entusiasmó al seleccionador.
El virus parece, hasta ahora, afectar más al sector defensivo. Upamecano, Varane y Konaté, los tres centrales que ha utilizado el técnico por el momento. Si el plazo de restablecimiento es similar, todo apunta a que estarán disponibles para tratar de frenar a Messi y sus compañeros el domingo.
Pero, ¿qué pasa si la fiebre llega a un jugador como Kylian Mbappé o Antoine Griezmann, dos piezas clave en el dispositivo francés? Entonces, las cosas se pondrían más serias.
Fuentes de la concentración aseguran que se toman el asunto con seriedad. Los servicios médicos no están dudando en medicar a los jugadores que tienen síntomas. A dos días de una final la prioridad es ponerlos a disposición del seleccionador aunque haya que forzar un poco la máquina de las pastillas.
Algunos, como Varane, parece que ya sintieron algún síntoma antes del duelo contra Marruecos.
Por ahora, Deschamps ha comenzado a preparar el duelo frente a Argentina tras la jornada de recuperación del jueves posterior al partido contra Marruecos.
El reloj corre en contra de Francia, que tiene un día menos que Argentina para planificar el choque. El seleccionador necesita toda la atención y todas sus fuerzas para la batalla. El virus amenaza con impedírselo.
Al Khor (Catar). Francia eliminó a Marruecos en semifinales del Mundial de Qatar 2022, gracias a los goles de Theo Hernández en el minuto 5 y de Randal Kolo Muani en el 79, y jugará la final del domingo (18:00 hora local, -3 GMT) frente a Argentina en el estadio de Lusail.
Por su parte, Marruecos, que dominó el esférico en la segunda mitad, pero al que le faltó precisión en los últimos metros, se jugará el tercer puesto frente a Croacia el sábado, a la misma hora, en el estadio Internacional Jalifa.
A pesar del dominio de Marruecos, Kolo, que acaba de entrar por los franceses, mandó el balón a las redes tras un intento de pase de Mbappé y marcó el 2-0 a favor de Francia sobre Marruecos.
Durante el primer tiempo, un gol de Theo Hernández, en un remate acrobático tras un rechace de un disparo de Kylian Mbappé, rompió la igualdad a los cinco minutos de partido frente a Marruecos y metió el 1-0.
Una primera mitad en la que el capitán marroquí, Romain Saïss, solo aguantó 21 minutos sobre el césped al resentirse de sus molestias. En su lugar entró Selim Amallah.
“Somos el ejemplo de los países en vías de desarrollo”, asegura su seleccionador, Walid Regragui, elevado a la categoría de revolucionario, empeñado en demostrar que las jerarquías ya no sirven. Pero, para ello, repite una y otra vez, no vale con conformarse: “Tenemos que colocar a África en la cima del fútbol”. Ninguna revolución triunfa si se queda a medias.
Eso pasa por lograr otra gesta. Otra más de un equipo que desprecia la posesión, se atrinchera en su campo y lanza el contragolpe, que confía en Youssef En-Nesyri, convertido en el máximo goleador marroquí en los Mundiales, punta de lanza de la ofensiva marroquí. Y en Yassin Bono, el símbolo del dique árabe.
Regragui ha conseguido formar una familia, con hombres de dentro pero también con la diáspora, jugadores nacidos, criados y formados en Europa que, a imagen y semejanza de Achraff Hakimi, lo dan todo por un país en el que nunca han vivido pero donde hunden sus raíces.
Todo por una misma causa, la de un país elevado a símbolo de un continente y de una raza, del pueblo árabe que brilla más arriba que nunca en el desierto catarí.
La hazaña está lograda, pero ahora puede multiplicarse. Destronar a la campeona, en su plenitud, sería la cumbre, la gesta más improbable, la más admirada.
Francia no ha dado signos de agotamiento. Didier Deschamps ha sabido dar un brío nuevo a la generación que ganó en 2018 reforzada con aire fresco, una mezcla que funciona.
Francia no entusiasma por su juego pero sí por su eficiencia. Ni es la más sólida, ni la más ofensiva, pero ha conseguido un equilibrio que no tiene grietas. “La fuerza colectiva”, lo ha bautizado Deschamps.
Con ese espíritu afrontan la séptima semifinal de su historia, tres perdidas, tres ganadas, las tres últimas, en una suerte de dinámica positiva que le tiene a las puertas de optar a renovar su título y colocarse a la altura de la Italia de los 30, del Brasil de los 60, de las naciones que han entrado en la leyenda.
Ese es el terreno que busca Mbappé, compararse con Pelé, mirar de tu a tu al mito, con menos de 24 años, con todo un mundo por delante para conquistar el Olimpo, pero sin tiempo que perder para ir sentando las bases.
Su talento al servicio del colectivo, su fuerza para conducir a Francia, de nuevo, a lo más alto y dar a su seleccionador su decimocuarta victoria en Mundiales para convertirse en el segundo técnico con más triunfos, igual que el brasileño Luiz Felipe Scolari, solo superado por el alemán Helmut Schon (16).
Francia avanza a pasos firmes. Enfrente, el muro marroquí. La historia está de su lado, pero solo si saben afrontarla por el buen camino. Los “bleus” encaran un desafío. Los “leones” toda la historia. El fútbol lo saborea.
La noche de Lionel Messi y Julián Álvarez en la primera semifinal de Qatar 2022 es para enmarcarse. Argentina es el primer equipo finalista del Mundial y en la antesala del partido por el título, Messi se encargó de ser el maestro de orquesta para poner a su país en otra final de la Copa del Mundo, después de ocho años.
El delantero argentino volvió a brillar, no hubo ningún jugador o incidente que pudiera ponerle un freno a quién es el hombre más importante del equipo celeste y blanco. Lo de hoy de Messi se puede traducir en un partido de práctica para él, uno como a los que ya nos tenía acostumbrados en su mejor momento con el Barcelona. El 10 argentino firmó un gol, una asistencia y mucho desgaste provocado a la defensa croata.
La afición argentina se rinda ante su mejor jugador (Foto de: Tnani Badreddine/Defodi Images via Getty Images)
Cuando el juego aún era muy joven, el delantero del PSG tuvo que hacerse presente desde los 11 pasos. Croacia provocó un penal que Lio hizo válido con un potente disparo al ángulo superior derecho y que le fue inalcanzable a Dominik Livaković, el arquero croata.
Con ese tanto, Lionel se convirtió en el argentino con más goles en las Copas del Mundo, con 11 anotaciones a su cuenta. El primer tanto de la noche pareció no causar caos en el equipo croata, sino hasta cinco minutos después cuando cayó el segundo tanto albiceleste por la vía de Julián Álvarez. El delantero del Manchester City aprovechó el desconcierto de la saga defensiva croata después de un contragolpe y se internó hasta el área balcánica para definir frente al arquero.
El segundo tiempo tuvo sus primeros minutos sin muchas acciones, hasta que en el 69, el genio argentino agitó su varita. Messi arrancó desde el medio campo, pegado a la línea de cal. Mientras conducía, aceleraba, frenaba y amagaba, se fue metiendo hasta el área croata. A unos centímetros de área chica, sirvió para Julián Álvarez con una diagonal y este solamente tuvo que empujar el balón hacia las redes.
Messi, con ayuda de Julián Álvarez, metió a Argentina a una final más de la Copa de Mundo. La ultima ocasión fue en Brasil 2014, donde cayeron a manos de Alemania. La revancha para el equipo argentino está a la vuelta de la esquina. Ahora esperan a su rival que saldrá de la otra semifinal entre Francia y Marruecos.
Morelia, Michoacán. La Selección de México ahora ni a Octavos de Final avanzó, pero un mexicano ha logrado meterse a las semifinales del Mundial de Catar, pues la FIFA designó a César Arturo Ramos Palazuelos como el árbitro central para el partido entra las selecciones de Francia y Marruecos el próximo miércoles 14 de diciembre.
Para el sinaloense este será su cuarto juego en el torneo mundialista y su primera semifinal en toda su carrera.
Ramos Palazuelos será asistido por los también mexicanos Alberto Morín y Miguel Hernández; como cuarto árbitro estará el venezolano Jesús Valenzuela.
Además, en el VAR fueron designados Drew Fischer (Canadá), como responsable; en el AVAR, el colombiano Nicolás Gallo; en el fuera de lugar, el brasileño Neuza Back, y en soporte, el estadounidense Armando Villarreal.
De 38 años, César Arturo Ramos ha fungido como principal árbitro en 7 partidos de diversas Copas del Mundo, igualando la marca de Marco Rodríguez y por debajo de Armando Archundia, que tiene 8 en su palmarés.
El encuentro entre la actual campeona del Mundo y el equipo sensación del Mundial de Catar está programado para las 13:00 horas, en el estadio Al Bayt.
Al Khor. A dos escalones de la gloria quedó Francia tras derribar a una voluntariosa Inglaterra, en un duelo tan intenso como igualado que se resolvió con dos fogonazos de Aurelien Tchoaméni y Olivier Giroud, servidos por Antoine Griezmann, y unas cuantas paradas de Hugo Lloris que doblegaron la resistencia dirigida por Harry Kane, que marcó un gol y falló un penalti.
Francia se medirá en semifinales a Marruecos para buscar su segunda final consecutiva tras otra demostración de realismo de la campeona, que sin hacer un gran partido demostró una voluntad férrea por aferrarse a conseguir lo que nadie logra desde los años 30: repetir título mundial.
En ausencia de Kylian Mbappé, desdibujado, mostró otros argumentos, sin mucho fútbol pero con eficacia, aunque dejó algunas lagunas, ya que la defensa no mostró una gran solidez, lo que durante muchos minutos dio a los ingleses esperanzas de victoria.
Fueron los de Gareth Southgate siempre a remolque, desde el gol inicial de Tchoaméni, pero siempre estuvieron enganchados al partido. Maniataron a Mbappé, tuvieron ocasiones, pero les faltó puntería y les sobró Lloris.
Como dos gallos que se miran a los ojos, se rondan, estiran sus plumas para parecer más apuestos y peligrosos, saltaron Inglaterra y Francia a buscar su premio, las semifinales de un Mundial en el cruce en el que menos sorpresas podía haber, porque cualquiera de los dos tiene pedigrí para serlo.
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Entre la campeona del mundo y la subcampeona de Europa el respeto se da por descontado. Incluso un poco de miedo en el tramo inicial tampoco sorprende.
Los “bleus” lanzaron las primeras escaramuzas, con Mbappé y Dembelé como estiletes por las bandas y Giorud como detonador en el área. El máximo goleador histórico de Francia estuvo a punto de agrandar su récord de un cabezazo en una buena combinación entre los tres artilleros galos.
Pero fue cinco más tarde cuando Tchouaméni dio en el blanco en un disparo desde la frontal que pilló desprevenido a Pickford y adelantó a los franceses. Era el primer gol en un Mundial del madridista, convertido en patrón del centro del campo francés poco más de un año después de haberse enfundado por vez primera la “bleu”.
GRIEZMANN PASADOR
El pase lo dio Griezmann que se convirtió así en el mejor asistente de la historia de Francia.
El respeto inicial se fue desvaneciendo, Inglaterra se marchó al frente y Francia, cómoda con el marcador, se dejó hacer, lo que obligó a aparecer a Lloris, en la noche que estrenaba su récord de partidos internacionales, que fue desgranando una serie de paradas, fáciles unas, espectaculares otras.
Señalado como el eslabón más débil de Francia, el del Tottenham respondió con contundencia con cinco grandes intervenciones.
La resistencia cayó en el 52, cuando Tchouaméni derribó a Saka en el área. El penalti colocó, frente a frente, a los dos capitanes, compañeros en el Tottenham, amigos fuera del campo. El inglés transformó la pena máxima para empatar la contienda y convertirse en el mejor artillero de la historia de Inglaterra junto a Wayne Rooney.
El empate aguijoneó a Francia, que se lanzó al ataque, primero con una ocasión de Rabiot y después una incursión de Mbappé. Pero fue fuego fatuo, porque se diluyó la campeona y quedó a merced de una Inglaterra que a lomos de Saka y con un gran Kane buscó la remontada.
La tuvo Maguire en el 70 de un buen cabezazo que lamió el poste, y Theo salvó el gol en una ocasión de Saka dos más tarde.
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Pero en medio del dominio inglés emergió Giroud que se encontró con Pickford en el 77 pero no pudo detener al siguiente el cabezazo del delantero francés tras un gran pase, otra vez, de Griezmann.
La vorágine se adueñó del partido y en medio de la tensión del duelo en el 80 Theo Hernández derribó en el área al recién ingresado Mason Mount, un penalti que no vio el árbitro pero sí el VAR.
De nuevo Kane, con el punto de mira en la historia, un ojo puesto en su amigo Lloris y el otro en el récord de goles con Inglaterra, fue el encargado de lanzarlo. Pero el atacante, el gran capitán de los ingleses, esta vez lo envió por encima del larguero de su camarada, que celebró el fallo.
Ya no tuvo arrestos para más Inglaterra, que sin apenas fe buscó el empate, pero no lo consiguió. No jugará por segundo año consecutivo las semifinales, en las que Francia, sigue buscando la gloria.
Ficha técnica
1- Inglaterra: Pickford; Walker, Stones (Grealish, m.98), Maguire, Shaw; Henderson (Mount, m.79), Bellingham, Rice; Saka (Sterling, m.79), Kane y Foden (Rashford, m.85)
2- Francia: Lloris; Koundé, Varane, Upamecano, Theo Hernandez; Tchouaméni, Rabiot; Griezmann; Dembelé (Coman, m.79), Giroud y Mbappé
Goles: 0-1, m.17: Tchouaméni; 1-1, m.54: Kane (p)
Árbitro: Wilton Sampaio (BRA), amonestó al inglés Maguire (89) y a los franceses Griezmann (43), Dembelé (47) y Theo Hernandez (82)
Incidencias: Partido de cuartos de final del Mundial de Qatar disputado en el estadio Al Bayt de Al Khor ante 68.895 espectadores.
Doha. La selección de Marruecos agrandó su histórica participación en Qatar 2022 al completar otra nueva sorpresa, esta vez en los cuartos de final ante Portugal para dar por concluido el sueño de gloria mundialista de Cristiano Ronaldo, y meterse de forma absolutamente inesperada en las semifinales, hito por añadido para el fútbol africano.
El conjunto de Walid Regragui se ha convertido en la auténtica sensación del torneo. A su estilo. A su forma. Con un planteamiento igual de lícito que cualquier otro. La defensa, el orden, la disciplina, para acabar con rivales superiores. Puede gustar más o menos. Pero lo que hace lo ejecuta con auténtica maestría. Irreprochable.
En el inicio del torneo empató a cero contra Croacia, también semifinalista, ganó a Bélgica, tercera el pasado Mundial, y encajó un único gol ante Canadá, y fue en propia meta. En octavos secó a España, a la que liquidó en penaltis gracias a la inspiración del portero del Sevilla Yassine Bono.
En esta ocasión fue el otro jugador del conjunto hispalense, el delantero Youssef En Nesyri, el que dio el jaque mate a otro ilustre rival como Portugal, que se había plantado en estos cuartos lanzada, amparada en un fútbol y tras una exhibición espectacular en octavos frente a Suiza (6-1).
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Era una de las alternativas a los grandes favoritos de manera justificada. Cristiano Ronaldo, que no lo ha pasado nada bien, ni antes ni durante, podía mantener vivo el anhelo de encumbrarse en una Copa del Mundo. Pero se marcha dolorido, sin equipo, menos protagonista de lo que deseaba él y todo el país futbolístico luso y tras ser el primer jugador en marcar en cinco fases finales se despide sin poder aspirar a luchar por lo más grande.
Pero Marruecos no solo es defensa. Sabe salir con el balón jugado, combina con precisión y calidad y sale a la contra con la velocidad endiablada del del ‘8’ que tanto agradó a Luis Enrique, Azzedine Ounahi, incansable, del renacido Hakim Ziyech, de Soufiane Boufal y de En-Nesyri, cuyo vuelo para adelantarse a Ruben Dias y al meta Diogo Costa poco antes del descanso cambió el decorado.
A Portugal, que perseguía su tercera semifinal mundialista después de las de 1966 y 2006, no le quedó otra que pasar a arriesgar, a forzar la máquina. Incluso antes del intermedio Bruno Fernandes mandó un balón al larguero. Después Fernando Santos se puso manos a la obra.
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No tardó en mandar al campo a Cristiano Ronaldo y a Joao Cancelo, el otro gran damnificado de las dos últimas alineaciones. Retiró al mediocentro defensivo Ruben Neves y a Raphael Guerreiro, para situar a Cristiano Ronaldo en ataque junto a Gonçalo Ramos y en la banda izquierda al lateral del City en busca de su profundidad y su disparo a pierna cambiada.
Como no podía ser menos, Portugal intensificó su presión y Marruecos se pertrechó aún más sin olvidar las contras para zanjar el encuentro y otro histórico triunfo. Los hombres de Regragui hicieron honor a su apodo, ‘Leones del Atlas’. Defendieron el área como su propia vida.
Las ‘quinas’, no obstante, tuvieron, como le ocurrió a España, sus opciones para batir a Bono, pero el desacierto, fruto de la impotencia, se lo impidió. Marruecos creció, pese y por los cambios, en defensa pese a carecer de los dos centrales titulares.
Cristiano buscó, pero no encontró. Se desesperó al ritmo que sus compañeros no le encontraban y sus rivales le secaban. Ni el ‘7’ de Madeira, ni Joao Felix, menos activo con el paso de los minutos, ni Rafael Leao. No había soluciones. Vitinha, Bernardo Silva, Bruno Fernandes no encontraron ni el hueco ni el momento preciso para
Los cambios, salvo por lesión de Romain Saiss, refrescaron al esfuerzo del cuadro marroquí, arropado por un estadio volcado con él que silbó cada vez con más intensidad, que festejó cada vez más un robo de balón, o la parada a poco del final de Bono a Joao Felix y otra a Cristiano ya en la prolongación, en la que la expulsión de Walid Cheddira dejó a su equipo en inferioridad.
Foto: EFE.
El partido acabó siendo una misión de supervivencia de Marruecos, como lo había sido ante España, para liquidar a una Portugal al que le pasó lo mismo pero que ni siquiera pudo alcanzar la prórroga ni los penaltis por el vuelo sin motor de En Nesyri y el derroche sin límite de todo el equipo.
Nueva jornada de gloria para Marruecos y auténtico mazazo para Portugal, que con un gran equipo, tremenda calidad mezcla perfecta de veteranía y juventud, tenía una magnífica oportunidad para ser una auténtica apuesta y encontrar la gloria, más en el cierre de la carrera mundialista de su gran referente, Cristiano Ronaldo.
Ficha técnica:
1 – Marruecos: Yassine Bono; Achraf Hakimi, Jawad El Yamiq, Romain Saiss (Achraaf Dari, m.57), Yahya Attiat-Allah; Sofyan Amrabat, Azzedine Ounahi, Selim Amallah (Walid Cheddira, m.65); Hakim Ziyech (Zakaria Aboukhlal, m.82), Youseff En Nesyri (Badr Benoun, m.65) y Sofiane Boufal (Yahya Jabrane, m.82).
0 – Portugal: Diogo Costa; Diogo Dalot (Ricado Horta, m.79), Pepe, Rúben Dias, Raphael Guerreiro (Joao Cancelo, m.51); Rúben Neves (Cristiano Ronaldo, m.51), Otávio (Vitinha, m.69); Bernardo Silva, Bruno Fernandes, João Félix; y Gonçalo Ramos (Rafael Leao, m.69)
Gol: 1-0, M.42: En-Nesyri.
Árbitro: Facundo Tello (ARG). Expulsó por doble amonestación a Walid Cheddira (m.93). También enseñó tarjeta amarilla a Achraf Dari (m.70) y Vitinha (m.87)
Incidencias: Tercer partido de cuartos de final del Mundial de Qatar 2022 disputado en el estadio Al Thumama ante 44.198 espectadores.
Lusail, Catar. La selección argentina se medirá a Croacia en las semifinales del Mundial de Qatar 2022, tras firmar ambas el pase en la tanda de penaltis, después de que la Albiceleste dejase escapar dos tantos de ventaja, empatada en la última acción del tiempo reglamentario por Países Bajos, anulando un doblete de Wout Weghorst los tantos previos de Nahuel Molina y Lionel Messi de penalti.
Los fallos de Van Dijk y Berghuis en la tanda final con grandes paradas del ‘Dibu’ Martínez, dieron el pase a las semifinales al equipo de Lionel Scaloni tras un intenso duelo de cuartos. Parecía decidirlo la actuación de Lionel Messi, que inventó una mágica asistencia para romper el partido con el primer tanto antes de marcar el segundo de penalti, pero la fe hasta el final de Países Bajos le impulsó a llevar el partido a la prórroga.
Un testarazo de Weghorst en el minuto 83 y una acción de estrategia en la última jugada de los diez minutos de tiempo añadido, empató el partido. El dominio argentino de la prórroga, con disparo de Enzo Fernández al poste, no impidió la tanda de penaltis de la que salió vencedora Argentina.