Categoría: OPINIÓN

  • OPINIÓN. “Derecho a la cultura desde el barrio, calles, colonias y comunidades en escena”. Por Edén Ensástiga

    OPINIÓN. “Derecho a la cultura desde el barrio, calles, colonias y comunidades en escena”. Por Edén Ensástiga

    Por EDÉN ENSÁSTIGA*

    En Michoacán ya se habla del Plan para la Paz y la Justicia y se reconoce a la cultura como uno de sus ejes. Pero la pregunta incómoda es sencilla: ¿dónde se juega realmente ese derecho? ¿En los teatros de la capital o en la cancha de cemento, la primaria federal, el jardín del barrio y la plaza del pueblo donde viven las niñas y los niños que más necesitan horizontes de futuro?

    No es romantizar el arte y la cultura. La UNESCO ha señalado que no hay desarrollo sostenible sin un fuerte componente cultural y que las industrias culturales y creativas generan alrededor del 3 % del PIB mundial, según sus informes sobre economía creativa. Autores como Robert Putnam han mostrado cómo las prácticas asociativas y culturales fortalecen el “capital social”: redes de confianza y cooperación que permiten a las comunidades organizarse frente a la desigualdad y la violencia. En la misma línea, estudios de arte comunitario como los de François Matarasso documentan mejoras en la autoestima, el sentido de pertenencia y la participación cívica de quienes se involucran en proyectos culturales de barrio. La cultura de paz, como la definen la ONU y diversas investigaciones, no se reduce a la ausencia de balas: implica justicia social, igualdad, respeto a los derechos humanos y participación cotidiana en la vida comunitaria.

    Cuando los derechos culturales de quienes menos tienen se toman en serio, las ciudades cambian de rostro. Ahí están las Utopías de Iztapalapa: grandes centros culturales, deportivos y de cuidados con acceso gratuito que han mejorado bienestar, convivencia intergeneracional y percepción de seguridad en colonias históricamente estigmatizadas. El barrio es el mismo, pero la noche ya no cae igual cuando hay luz, música y niñas aprendiendo a bailar en el mismo lugar donde antes sólo mandaba el miedo.

    Los PILARES de la Ciudad de México —Puntos de Innovación, Libertad, Arte, Educación y Saberes— nacieron para estar justamente donde más se necesitan: en barrios con marginación y violencia, lejos de la postal turística y cerca de la vida real. Ahí se mezclan educación no formal, talleres artísticos, deporte, apoyo escolar y organización comunitaria. Muchas juventudes que se sintieron expulsadas de la escuela encuentran en estos espacios un lugar para terminar la prepa, hacer rap o grabado, y al mismo tiempo impulsar campañas contra la violencia y la discriminación en su propia colonia.

    Medellín llevó esta lógica aún más lejos con las Unidades de Vida Articulada (UVAs): tanques de agua y lotes abandonados convertidos en equipamientos culturales y recreativos. Arte, deporte y memoria se combinan en barrios marcados por la violencia, transformando lugares de miedo en espacios de juego, cine al aire libre y creación colectiva.

    Estas experiencias comparten algo esencial: reconocen que la cultura comunitaria en territorio es herramienta de prevención, no maquillaje para la foto oficial. La propia Secretaría de Cultura federal, a través del programa Cultura Comunitaria, ha insistido en que la acción territorial orientada a la cultura de paz ayuda a reconstruir tejido social, abrir horizontes a las juventudes y prevenir violencias complejas, sin sustituir la obligación del Estado en seguridad y justicia.

    En este contexto, el Plan Michoacán para la Paz y la Justicia —que coloca a la cultura, a las mujeres y a las juventudes entre sus ejes— abre una ventana política que no deberíamos desaprovechar. Para que la palabra “cultura” no quede en el discurso, hace falta aterrizarla en calles, colonias y municipios concretos. La apuesta no puede seguir siendo declarativa: implica aprovechar lo que ya existe —canchas, casas de cultura, escuelas, auditorios ejidales y plazas— para convertir una parte en centros culturales integrales de barrio con horarios amplios, bibliotecas vivas, talleres gratuitos y servicios de cuidado; colocar de verdad a las infancias en el centro mediante laboratorios de arte y ciencia en colonias periféricas y comunidades rurales; sumar programas de cultura de paz con enfoque de género y juventudes y construir consejos culturales comunitarios por región.

    Pero no basta con señalar al gobierno de turno y esperar que lo haga todo. También exige corresponsabilidad social: que gobiernos estatal y municipales acuerden con el sector artístico, las escuelas, las organizaciones comunitarias y la ciudadanía prioridades, presupuestos y criterios de apoyo; y que el propio gremio cultural se asuma sujeto político y no sólo prestador de servicios, dispuesto a contribuir y pisar el lodo de las colonias donde se juega, de verdad, la cultura de paz. Medir impactos con indicadores sencillos —uso del espacio público, participación de niñas y mujeres, sentido de pertenencia, jóvenes que retoman estudios— sería un buen comienzo para dejar de hablar de “proyectos bonitos” y empezar a hablar de resultados.

    La paz también es una obra de imaginación colectiva. Si dejamos la cultura sólo en manos del espectáculo o la burocracia, seguiremos teniendo plazas vacías y auditorios cerrados justo en los territorios donde más se necesita esperanza. Las niñas y los niños de nuestras colonias no piden grandes teorías: piden bibliotecas abiertas, música en la plaza, murales que cuenten sus historias y adultos que les digan, con hechos, que su vida vale más que cualquier guerra ajena.

    Ahí, en la calle convertida en aula y el barrio convertido en escenario, empieza de verdad el derecho a la cultura y, quizá, la posibilidad de que Michoacán se atreva a vivir en paz.

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    * Edén Ensástiga. Es músico y cantautor. Militante de izquierda, promotor cultural, impulsa procesos comunitarios desde el arte y la organización social. Colabora en medios digitales con análisis sobre arte, cultura y política desde una mirada de izquierda y comunitaria.

  • OPINIÓN. “El 6 de diciembre: Un llamado para recordar el rumbo de la transformación”. Por María Isabel Rodríguez Martínez

    OPINIÓN. “El 6 de diciembre: Un llamado para recordar el rumbo de la transformación”. Por María Isabel Rodríguez Martínez

    Por MARÍA ISABEL RODRÍGUEZ MARTÍNEZ*

    El 6 de diciembre no es solo una cita política. Es una jornada en la que la memoria se hace presente y reclama un lugar en el debate nacional. Ese día, al recorrer las calles, el país recuerda que su historia está hecha de luchas populares: desde la Independencia y la Revolución Mexicana hasta las demandas contemporáneas que dieron origen al proceso conocido como la Cuarta Transformación. No es nostalgia ni ceremonialismo; es la afirmación de que México avanza cuando el pueblo se organiza y se reconoce heredero de sus propias batallas.

    Mirar atrás obliga a recordar el contexto que dejaron, los modelos económicos aplicados en sexenios anteriores. Donde la desigualdad alcanzó niveles históricos, millones quedaron excluidos del desarrollo y las instituciones fueron capturadas por intereses privados. La inseguridad creció al mismo tiempo que se debilitaba la intervención del Estado en sectores estratégicos. Ese es el punto de partida que explica por qué, en los últimos años, amplios sectores de la población optaron por un camino distinto y apostaron por recuperar la centralidad del bienestar y los derechos sociales.

    Los datos permiten dimensionar ese viraje: entre 2018 y 2024 se registró una reducción significativa de la pobreza; el salario mínimo tuvo un incremento real que no se veía en décadas; y el gasto social dejó de ser un complemento asistencial para convertirse en un eje de política pública. La desigualdad, durante años considerada una condena inamovible, mostró descensos medibles. Y aunque todavía falta, la inversión social logró llegar a regiones históricamente ignoradas por el centro político del país.

    Sin embargo, ninguna transformación puede darse por concluida. Persisten desafíos que requieren una consolidación institucional; enfrentar incertidumbres económicas, laborales y culturales profundas; y el Estado debe garantizar que los avances sociales sean sostenibles más allá de cualquier coyuntura. En este sentido, la memoria histórica es valiosa cuando se vuelve una herramienta crítica para evaluar lo logrado, pero también para señalar lo pendiente.

    El 6 de diciembre nos recuerda que las grandes decisiones del país nacieron en las calles, en el diálogo comunitario y en la participación ciudadana. La legitimidad de un proyecto transformador depende siempre de su vínculo con el pueblo, de su capacidad para escuchar, rectificar y sostener un compromiso real con quienes han sido marginados por las estructuras tradicionales de poder.

    Hoy, más que nunca, conviene preguntarse qué país queremos seguir construyendo. No para idealizar el pasado ni suponer que el presente está resuelto, sino para entender que la transformación es un proceso vivo, sujeto a tensiones, disputas y exigencias permanentes. En un momento en que resurgen discursos que buscan minimizar los avances sociales o reinstalar viejas formas de privilegio, la memoria colectiva actúa como un contrapeso indispensable.

    El 6 de diciembre, en suma, es un recordatorio de que México no ha dejado de caminar. La memoria insistente que la historia no es una carga: es una guía. Y en un país que ha resistido tantas veces, esa guía sigue siendo necesaria para no volver atrás. Que la historia siga siendo, entonces, no una carga que se arrastra, sino crítica y reflexión que abre el camino para que este país no vuelva atrás.

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    * María Isabel Rodríguez Martínez. Es licenciada en Historia por la UMSNH, cursó el posgrado de maestría en el instituto de Investigaciones Históricas (IIH) de la misma institución.  Su línea de investigación se desarrolla en torno a la historia Intelectual y cultural de América Latina del siglo XX; y Pensamiento Hispanoamericano. Ha desarrollado diversas estancias de Investigación entre las que destacan la Institución cultural Casa de las Américas la Habana, Cuba, junto al escritor cubano Roberto Fernández Retamar; La Universidad Complutense de Madrid y La Universidad Autónoma de Barcelona, esta vez junto al profesor Manuel Aznar Soler (especialista en literatura española del exilio). Ha publicado diversos artículos en revistas de filosofía de la UMSNH Y UNAM.

  • OPINIÓN. “un vínculo invisible en salud mental”. Por Boris González Ceja

    OPINIÓN. “un vínculo invisible en salud mental”. Por Boris González Ceja

    Por BORIS GONZÁLEZ CEJA*

    ¿Es depresión, ansiedad, o es tu tiroides? A menudo, cuando hablamos de salud mental, imaginamos que todo ocurre exclusivamente “dentro de nuestra cabeza”. Visualizamos nuestros pensamientos, traumas o el estrés diario como los únicos culpables de nuestro malestar. Sin embargo, existe un pequeño órgano en forma de mariposa ubicado en la base del cuello que actúa como un importante director de orquesta: la glándula tiroides.

    Cuando la tiroides desafina, la música de nuestras emociones se distorsiona. Las hormonas tiroideas no solo regulan el metabolismo o la energía física; tienen un pase VIP directo al funcionamiento de nuestro cerebro y nuestra regulación emocional. Ignorar este vínculo puede llevarnos a diagnósticos incompletos y a sufrimientos innecesarios.

    Imagina intentar correr bajo el agua. Esa es la sensación física y mental del hipotiroidismo, una condición en la que la glándula no produce suficientes hormonas (T3 y T4). Pero el impacto va más allá del cansancio físico.

    En 2024, 42,600 personas en México fueron a establecimientos particulares de salud, para atenderse por problemas de tiroides. En 2015, el dato era de 24 mil 600. Es decir, en 10 años, prácticamente se duplicó el número de pacientes con algún problema de tiroides. Y estos datos son únicamente de los establecimientos privados. Y esto tiene una correlación emocional impactante.

    En el consultorio psicológico, se disfraza frecuentemente de depresión. La falta de hormona tiroidea reduce la actividad de neurotransmisores vitales como la serotonina y la dopamina. El resultado es una apatía aplastante, tristeza persistente sin motivo aparente y un llanto fácil que la persona no logra explicar.

    A esto se suma la “niebla mental”. El paciente se siente desconectado, con el pensamiento lento y fallos de memoria. No es raro que alguien con hipotiroidismo sea erróneamente evaluado por déficit de atención, cuando en realidad su cerebro simplemente no tiene el “combustible” hormonal suficiente para operar a velocidad normal.

    En el extremo opuesto está el hipertiroidismo. Aquí, el cuerpo recibe una sobredosis de hormonas que actúa como un acelerador pisado a fondo. Si el hipotiroidismo se parece a la depresión, el hipertiroidismo es el gemelo malvado de la ansiedad generalizada.

    La persona vive en un estado de hipervigilancia. El sistema nervioso está inundado de señales de alerta, provocando una sensación constante de peligro inminente, irritabilidad explosiva y, en casos severos, ataques de pánico. El cerebro no puede “apagar” el interruptor; los pensamientos se atropellan unos a otros y el insomnio se vuelve crónico, creando un círculo vicioso de agotamiento y nerviosismo.

    Más complejo aún es el escenario de los trastornos autoinmunes, como la tiroiditis de Hashimoto o la enfermedad de Graves. Aquí no solo lidiamos con hormonas, sino con inflamación. El sistema inmune ataca a la glándula, y este proceso inflamatorio puede alterar aún más la química cerebral. Esto genera cuadros de vulnerabilidad extrema al estrés y cambios de humor impredecibles, dejando a la persona en una montaña rusa emocional que confunde tanto al paciente como a su entorno.

    ¿Cómo saber si es la tiroides? Aquí reside la clave para no perderse en el laberinto del diagnóstico. La gran diferencia entre un trastorno puramente psicológico y uno de origen tiroideo suele estar en el cuerpo.

    Si la tristeza o la ansiedad vienen acompañadas de cambios drásticos en el peso, caída de cabello, intolerancia súbita al frío o al calor, palpitaciones, alteraciones en el sueño o en el ciclo menstrual, es hora de mirar al cuello. El cuerpo está dejando pistas que no debemos ignorar.

    La buena noticia es tan potente como necesaria: esto tiene solución. Los síntomas emocionales causados por la tiroides no son defectos de carácter ni condenas perpetuas. Una vez que se regula la función hormonal con el tratamiento adecuado, la “niebla” se disipa, la ansiedad baja su volumen y la energía regresa.

    Miles de personas que creían tener una depresión resistente al tratamiento descubren, tras un simple análisis de sangre, que su cura no estaba solo en el diván, sino también en el equilibrio de sus hormonas. Cuidar nuestra salud mental implica, necesariamente, escuchar lo que nuestro cuerpo nos está gritando.

    Causas y azares…

    • Detener a los jóvenes detractores del gobierno en las marchas por la muerte de Carlos Manzo, sin detener a los capos de la droga que tienen azoladas bastas zonas de las ciudades, suena muy pero muy raro. Hay alianzas que todos saben y nadie ataca.  
    • Si eres abogado y requieres un peritaje psicológico para que tus evaluaciones sean de calidad, te sugiero que busques a expertos en salud mental (psicólogos, psiquiatras) en www.psicologiaydesarrollocomunitario.com  

    Hasta la próxima, que es Dios, que con magnífica ironía me dio a la vez los libros y la noche.

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    • Boris González Ceja. Es licenciado en Psicología y Maestro Educación y Docencia por la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo. Experto en proyectos de salud mental para resultados y fortalecimiento de equipos de especialistas en psicología en temas de violaciones graves de derechos humanos. Consultor de organismos nacionales como la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) e internacionales como el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y la Agencia Alemana de Cooperación Internacional (GIZ). Notoriedad por excelentes estudios de psicología, investigaciones para leyes y por resolver problemas acuciantes a nivel internacional desde la ciencia.

  • OPINIÓN. “La revocación de mandato ciudadana”. Por Juan Adolfo Montiel

    OPINIÓN. “La revocación de mandato ciudadana”. Por Juan Adolfo Montiel

    Por JUAN ADOLFO MONTIEL*

    La figura de la revocación de mandato es, esencialmente, la de poder consultarle a la ciudadanía si desea que la persona que está ejerciendo un cargo continúe en el mismo. Es una figura dentro de los denominados como Mecanismos de Participación Ciudadana, es decir, de democracia participativa.

    Este mecanismo está concebido para que sea la ciudadanía la que pueda accionarlo. Es decir, aquella persona que fue electa por un periodo —y que normalmente es un periodo largo, en el que no hay reelección— pueda llevar a cabo este ejercicio de democracia directa y de participación ciudadana, solicitando que se active la consulta para que sea el mismo electorado quien decida revocar el mandato que se obtuvo en las urnas.

    En México, la Ley Federal de la materia establece que, una vez que el titular del Poder Ejecutivo Federal ha ejercido más de la mitad de su periodo (Artículo 9. El inicio del proceso de revocación de mandato podrá solicitarse, por una sola ocasión, durante los tres meses posteriores a la conclusión del tercer año del periodo constitucional de quien ostente la titularidad del Ejecutivo Federal por votación popular), la ciudadanía puede, a través de la recolección de firmas, solicitar que se lleve a cabo la ejecución de dicha figura.

    Esto puede ocurrir por diferentes circunstancias, en esencia, es en los casos que el electorado considera que la persona ya no debe continuar en el cargo. Sin embargo, ahora esta figura se pretende trasladar para que se ejerza durante las elecciones intermedias, lo cual desnaturaliza la figura, convirtiéndola en un instrumento de los partidos políticos.

    Y con ello, se considera que la persona sujeta a la revocación de mandato debe ser ratificada para continuar en el cargo, lo cual, desde mi punto de vista, no debiera ser así.

    Debemos mantener esta figura como un mecanismo ciudadano, en el que sea la propia sociedad la que decida en qué momento debe ejercerse, y no permitir que se contamine con los procesos electorales.

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    *Juan Adolfo Montiel Hernández. Es licenciado en Derecho por la UNAM; Maestro en Ciencia Política por la UVAQ. Doctorante en Derecho Constitucional y Derechos Humanos por el Instituto Iberoamericano de Derecho Electoral. Profesor en diversas universidades de Michoacán. Su experiencia laboral la ha desarrollado en el Tribunal Electoral del Estado de Michoacán, el Instituto Nacional Electoral y en el Tribunal Electoral del Distrito Federal. Actualmente en consejero en el Instituto Electoral de Michoacán (IEM).

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  • OPINIÓN. ¿Y a Bernardo, el mártir limonero ya lo olvidaron? Por José Cruz Delgado

    OPINIÓN. ¿Y a Bernardo, el mártir limonero ya lo olvidaron? Por José Cruz Delgado

    Por JOSÉ CRUZ DELGADO*

    El homicidio de Carlos Manzo hizo que las autoridades federales y estatales olvidaran al mártir de los productores de limón del Valle de Apatzingán, otro homicidio que causó consternación a nivel nacional e internacional, fue otro gran líder al que le arrebataron la vida por levantar la voz contra la presencia y extorsión de presuntos criminales al igual que Carlos Manzo, presidente municipal de Uruapan.

    A poco más de un mes de su artero asesinato ya nadie habla de él, menos las y los diputados de Morena y aliados, bueno, esos ni siquiera mostraron respeto y hasta fiesta hicieron, según se dijo, el día 21, un día antes de la celebración de la sesión solemne en Apatzingán en la que se celebra la Constitución de 1814.

    Aunque sí hubo inconformidad de algunas y algunos legisladores que prefirieron abandonar el recinto habilitado como signo de protesta, mientras que el resto, incluyendo el gobernador morenista Alfredo Ramírez Bedolla, hipócritamente hablaban de justicia para Bernardo, cuando ninguna y ninguno levantó la voz cuando pedía auxilio. También lo dejaron sólo, lo dejaron morir por omisión.

    Fue un lunes 20 de octubre que el homicidio de Bernardo Bravo Manríquez corrió como reguero de pólvora, pues era un reconocido líder limonero a nivel nacional que se rebeló contra los delincuentes que cobraban extorsiones y contra la terrible inseguridad no sólo en el municipio de Apatzingán, sino en toda la región, y al igual que Manzo, pidió muchas veces ayuda federal y se la negaron, fue hasta ocho días después de su muerte que Omar García Harfuch, Secretario de Seguridad y Protección Ciudadana fue para Apatzingán donde sostuvo una reunión con los citricultores de la región y aseguró que el homicidio de Bernardo no quedaría impune, pero a la fecha los autores intelectuales no han sido detenidos.

    También hubo marchas de protesta por su asesinato y condena nacional, pero ha sido olvidado por las altas esferas gubernamentales, pero vive en el corazón de la Tierra Caliente y siempre será recordado como lo que fue y sigue siendo: un gran hombre y un gran líder, cuya vida le arrebataron por luchar por su gente y contra la inseguridad, al igual que Carlos Manzo, también se le debe hacer justicia, es una demanda social.

    Cabe señalar que la crisis de inseguridad en los municipios de Apatzingán y Buenavista se ha intensificado por la lucha que libran grupos del crimen organizado que buscan el control de la zona, mientras que la alcaldesa
    apatzinguense, Fanny Arreola Pichardo fue rebasada por la inseguridad y minimizada por las autoridades federales, o sea, no le tienen confianza.

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    *José Cruz Delgado. Es periodista con más de 45 años de ejercicio. Capacitado en el Seminario de Guadalajara. Trabajó en diversos medios de comunicación de Michoacán. Ha sido corresponsal en el estado de diversos medios de circulación y escucha nacional.

    * Las opiniones vertidas en este texto son exclusivamente del autor y no necesariamente reflejan la posición de este medio.

  • OPINIÓN. “Credencial para votar 25”.  Por David Alejandro Delgado Arroyo

    OPINIÓN. “Credencial para votar 25”.  Por David Alejandro Delgado Arroyo

    Por DAVID ALEJANDRO DELGADO ARROYO*

    El próximo 31 de diciembre dejarán de tener vigencia un conjunto de credenciales para votar que lo son hasta 2025. Por ello, es importante que quienes se encuentren en esta situación, acudan al módulo del INE más cercano para actualizar su situación registral.

    Al 1 de enero de 2025 se tenían registradas como credenciales con dirección en Michoacán un total de 217,240 credenciales vigentes hasta este año. Al 31 de octubre pasado ya se habían actualizado un total de 51,943, es decir, el 23.81%, por lo que a esa fecha quedaban por actualizar 165,297 Credenciales en Michoacán.

    Considerando que el INE cuenta con convenios con las instituciones bancarias y otras instituciones públicas y privadas para apoyar en la validación de la identidad de las personas solicitantes de una gran diversidad de servicios, en los cuales la protección de la identidad es muy relevante; se sigue que, para evitar algún contratiempo en dicho procedimiento, quienes tengan como fecha máxima de vigencia en su credencial para votar 2025 podrían acudir a renovarla antes de que concluya el año.

    Desde 2008 se estableció un máximo de vigencia de 10 años para las Credenciales para Votar, ello coadyuva a las labores de depuración del Padrón Electoral y en consecuencia de la Lista Nominal de Electores; ya que es una puerta de salida para quienes, por alguna razón, ya no se encuentran entre nosotros y que no fue posible reportar su situación.

    Adicionalmente la vigencia coadyuva para disponer de mejor manera la ubicación territorial del domicilio de cada persona ciudadana, lo que, a su vez, permite organizar de mejor manera la distribución de las boletas electorales en los sufragios o ejercicios de participación ciudadana.

    Los 39 módulos de atención ciudadana del INE en Michoacán se encuentran disponibles para actualizar por vigencia las credenciales para votar, así como cualquier otro trámite que se requiera como el cambio de domicilio, o el trámite por vez primera, así como, la corrección de datos, entre otros.

    En el portal del INE en Internet, se encuentra un vínculo denominado “Ubica tu módulo” donde no solamente es posible ubicar los módulos fijos de cada entidad federativa, sino también los módulos móviles.

    El INE cuanta con una experiencia de más de 3 décadas otorgando un documento de identidad a la ciudadanía, que ha elevado los estándares a nivel de alcanzar la certificación ISO 9001-2015 precisamente en el trámite de la credencial para votar.

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    *David Alejandro Delgado Arroyo. Es licenciado en Ciencias Políticas y Administración Pública por la UNAM; con estudios de maestría en Administración Pública por el INAP y en Procesos e Instituciones Electorales por el IFE. Miembro fundador del Instituto Federal Electoral, en donde ingresó en 1991 desempeñando diversas funciones de Jefe de Departamento, Subdirector, Vocal Ejecutivo Distrital en Coatepec y en Minatitlán, Veracruz; a partir de 1999 se desempeña como Consejero Presidente de Consejo Local del IFE, cargo que ha representado en Querétaro; Aguascalientes; Durango; Guerrero y actualmente Michoacán ya como INE.

  • OPINIÓN. “De la marea rosa a la marea negra digital: Una evolución del activismo a la confrontación en línea”. Por Miryam Camacho

    OPINIÓN. “De la marea rosa a la marea negra digital: Una evolución del activismo a la confrontación en línea”. Por Miryam Camacho

    Por MIRYAM CAMACHO*

    Cuando hablamos de “mareas” políticas en América Latina, imaginamos multitudes reales: avenidas llenas, mantas extendidas como un mar humano y una narrativa que se construye a partir de cuerpos presentes. Durante años, esa fue la forma legítima de demostrar fuerza social. La llamada marea rosa encarnó esa lógica: una mezcla de entusiasmo progresista, hartazgo acumulado y voluntad de transformar modelos desigualitarios. Sin embargo, con el paso del tiempo esa estética se volvió insuficiente para entender la complejidad de la protesta actual. Hoy estamos frente a un fenómeno distinto, uno donde la calle importa, pero la conversación digital importa más. Y es allí donde surge lo que yo llamaría:  la marea negra digital, un oleaje político que ya no nace de la plaza pública sino del algoritmo.

    Para entender por qué comparamos ambos fenómenos conviene aclarar primero qué entendemos por cada uno. La marea rosa fue el nombre que recibió el giro progresista latinoamericano de las primeras décadas del siglo XXI. Se asocia al impulso redistributivo, a políticas sociales de gran escala y a un discurso que colocó al Estado como protagonista, frente al desgaste de los modelos neoliberales. Pero sería ingenuo presentarla como un movimiento puro o desinteresado. La marea rosa también estuvo atravesada por clientelismo, personalismos presidenciales, errores económicos y formas de movilización en las que las estructuras partidistas jugaron un papel decisivo. No se trata de idealizarla, sino de reconocer que fue un momento histórico complejo, con luces y sombras.

    La marea negra digital no funciona igual. No surge de convocatorias orgánicas, ni depende de sindicatos, ni se construye a partir de años de militancia territorial. Se produce en el terreno de las plataformas, donde lo emocional suele pesar más que lo argumentativo y donde la frontera entre lo auténtico y lo manipulado es cada vez más borrosa. No lleva el nombre de “negra” por su contenido ideológico, sino por la opacidad de sus métodos: cuentas recién creadas, mensajes sincronizados, propaganda disfrazada de indignación espontánea y narrativas que se expanden con una velocidad que ningún movimiento clásico podría replicar. La protesta, en este caso, deja de ser un acto físico y se convierte en una percepción masiva diseñada desde la lógica del engagement.

    La reciente convocatoria a la marcha del 15 de noviembre ilustra este cambio con claridad. En redes, la movilización se presentó como una oleada juvenil, casi un levantamiento generacional. Sin embargo, el análisis posterior mostró algo distinto. Durante mes y medio se detectó la creación acelerada de perfiles dedicados exclusivamente a promover esa marcha; muchos de ellos aparecieron el mismo día o dentro de lapsos de 48 horas. Los administradores de varias páginas estaban situados fuera del país, pese a que el contenido se dirigía a un público mexicano con mensajes de urgencia emocional. Se identificaron patrones de lenguaje idénticos, horarios de publicación sincronizados y videos que alcanzaron cifras de interacción inconsistentes con el historial de quienes los difundían. Estas características no prueban por sí solas una operación financiada, pero sí permiten afirmar, con rigor periodístico, que la conversación no creció de manera orgánica.

    Ese contraste revela algo más profundo: la protesta ya no depende de la presencia física. La marea rosa se construyó desde la calle hacia la narrativa. La marea negra digital hace el camino inverso: construye primero la narrativa y después intenta trasladarla a la calle, aunque el resultado no siempre coincida con la expectativa. El poder ya no está en cuántos cuerpos ocupan un espacio, sino en cuántas personas creen que ese espacio estuvo lleno. Es una transformación que obliga a repensar la idea de legitimidad política. La pregunta ya no es quién logró llenar una plaza, sino quién logró dominar la conversación antes, durante y después de ese intento.

    Lo que observamos hoy no es un duelo entre izquierdas y derechas, ni un juicio moral entre movimientos “buenos” y movimientos “malos”. Es la evolución de la protesta en un contexto donde la información se mueve más rápido que las personas, donde la indignación se fabrica con herramientas nuevas y donde la percepción colectiva puede ser alterada con relativamente pocos recursos. Las mareas ya no son solo humanas. También son algorítmicas. Y en esa mezcla híbrida se juega gran parte de la política contemporánea.

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    * Miryam Camacho Suárez. Es licenciada en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Vasco de Quiroga. Abogada por la Universidad Latina de América. Combina la precisión del derecho con la sensibilidad narrativa para explorar temas de integridad, transparencia y cultura digital. Actualmente desarrolla proyectos editoriales que entrelazan comunicación, ética y tecnología.

  • OPINIÓN. “Señales invisibles de la angustia”. Por Boris González Ceja

    OPINIÓN. “Señales invisibles de la angustia”. Por Boris González Ceja

    Por BORIS GONZÁLEZ CEJA*

    Robin Williams, el famoso Patch Adams, pensaba sobre su persona que “no, no siempre es divertido estar cerca de mí. El mundo ve una cosa, ¿y cómo soy yo en casa? Diferente, porque no puedo estar siempre”. Terminó suicidándose a los 62 años de edad en medio de la enfermedad, la adicción y la ansiedad.

    En el amplio espectro del padecimiento humano, existen síntomas de ansiedad que difícilmente se reconocen como tal, pero que afectan todos los días a quienes los padecen.

    La ansiedad es uno de los diversos impulsores del suicidio, que genera una sensación de miedo, temor o inquietud que puede ser una reacción normal al estrés, pero también puede volverse abrumadora si es excesiva y duradera, y termina por afectar el amor y el trabajo de las personas.

    En este espacio he insistido que los suicidios son producto de una política pública errada, ignorante y sin compromiso para erradicarlos, si sabemos que son 100 % prevenibles y se pueden detectar y atender con profesionales bien formados.

    Los Estados que se encuentran en el top 10 de suicidios en el país son Yucatán, Chihuahua, Quintana Roo, Aguascalientes, San Luis Potosí, Durango, Sonora, Coahuila, Querétaro y Tabasco. Estos Estados no tienen una política pública de salud mental adecuada, o la están haciendo en la comodidad de sus escritorios, sin conocer la realidad y las posibilidades que se tienen en la actualidad. 

    En el caso de las angustias adultas, principalmente éstas vienen del amor y del dinero, mezcladas o convertidas en otros significantes como el trabajo, las aspiraciones o lo que se desea y no se tiene.

    Tras las Sombras de la Ansiedad: Descifrando los síntomas que pueden pasar desapercibidos, podemos entender que entre los síntomas ocultos se encuentran, cuando las personas viven en su día a día con la tensión en la mandíbula, llamada también bruxismo y que se puede observar mucho cuando duermen las personas, o llegan a tener visión borrosa, pérdida de memoria sin daño neurológico o incluso la caída del cabello por un efecto del estrés.

    La ansiedad se llega a ocultar de manera íntima en la vida de las personas, que terminan por aislarse, por pensar que es un problema que sólo con el tiempo se va a quitar (aunque tengamos pacientes con 75 años de edad que toda su vida sufrieron de ansiedad). Se puede manifestar en personas violentas, celotípicas, inseguras y que generan problemas que les van a costar mucho. 

    ¿Cuáles son los síntomas menos conocidos, pero igualmente importantes de la ansiedad y cómo puedo identificarlos en mi diario andar?

    Otros de los síntomas que no se ven pero se sienten son los síntomas físicos de la ansiedad tales como la fatiga, tensión muscular con bolas en los hombros y cuello, problemas para dormir con insomnio, consumir más cigarro o alcohol del normal, o problemas digestivos como la colitis o la gastritis.

    También pueden aparecer síntomas emocionales como irritabilidad, dificultad para concentrarse, cambios de humor o como si la persona no sabe cómo va a reaccionar, o que tiene una autocrítica severa, donde he atendido pacientes de la tercera edad que nunca en su vida habían hablado de sus problemas personales con algún psicólogo profesional. 

    ¿Qué estrategias puedo usar para manejar estos síntomas y promover el bienestar emocional?

    La mejor estrategia es ser honesto con uno mismo y dejar de fingir que no duele, porque ese dolor psíquico se nota en la calidad de las relaciones familiares y en el trabajo.

    Para las personas que requieran atención psicológica, existe una opción profesional las 24 horas todos los días, donde pueden buscar ayuda con psicólogos en https://psicologiaydesarrollocomunitario.com/agenda-tu-cita/

    Es necesario hacer cambios en el estilo de vida, con ejercicio y alimentación saludable, y en algunos casos se requiere el apoyo de medicamentos, pero eso el psicólogo que te atienda va a definirlo en conjunto.

    Causas y azares…

    • No existen concursos de oposición en las dependencias del gobierno, y poner a los incondicionales y lamebotas de los funcionarios en turno se está volviendo una costumbre que cuesta mucho al erario. Solo sus aplaudidores pueden tolerar esa indecencia.
    • El Plan Michoacán, hecho a 500 kilómetros de ese estado, sin la participación de las Organizaciones de la Sociedad Civil, parece un intento por distraer y para hacer como que se hace algo, sin medidas reales para toda la población, sólo vendiendo lo que por Ley les corresponde y donde un presupuesto de 2 billones de pesos no se ve en la calle.
    • Las empresas y organizaciones van a ir a la baja para el próximo año 2026, por la abusiva política fiscal de la presidenta Claudia Sheinbaum, donde los que más tienen siguen sin pagar sus deudas, y los que aportamos más seguimos con más y más carga impositiva, hasta que la liga que estira se rompa. 

    Hasta la próxima, que es el amor con sus mitologías, con sus pequeñas magias inútiles.

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    • Boris González Ceja. Es licenciado en Psicología y Maestro Educación y Docencia por la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo. Experto en proyectos de salud mental para resultados y fortalecimiento de equipos de especialistas en psicología en temas de violaciones graves de derechos humanos. Consultor de organismos nacionales como la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) e internacionales como el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y la Agencia Alemana de Cooperación Internacional (GIZ). Notoriedad por excelentes estudios de psicología, investigaciones para leyes y por resolver problemas acuciantes a nivel internacional desde la ciencia.

  • OPINIÓN. “Señales invisibles de la angustia”. Por Boris González Ceja

    OPINIÓN. “Señales invisibles de la angustia”. Por Boris González Ceja

    Por BORIS GONZÁLEZ CEJA*

    Robin Williams, el famoso Patch Adams, pensaba sobre su persona que “no, no siempre es divertido estar cerca de mí. El mundo ve una cosa, ¿y cómo soy yo en casa? Diferente, porque no puedo estar siempre”. Terminó suicidándose a los 62 años de edad en medio de la enfermedad, la adicción y la ansiedad.

    En el amplio espectro del padecimiento humano, existen síntomas de ansiedad que difícilmente se reconocen como tal, pero que afectan todos los días a quienes los padecen.

    La ansiedad es uno de los diversos impulsores del suicidio, que genera una sensación de miedo, temor o inquietud que puede ser una reacción normal al estrés, pero también puede volverse abrumadora si es excesiva y duradera, y termina por afectar el amor y el trabajo de las personas.

    En este espacio he insistido que los suicidios son producto de una política pública errada, ignorante y sin compromiso para erradicarlos, si sabemos que son 100 % prevenibles y se pueden detectar y atender con profesionales bien formados.

    Los Estados que se encuentran en el top 10 de suicidios en el país son Yucatán, Chihuahua, Quintana Roo, Aguascalientes, San Luis Potosí, Durango, Sonora, Coahuila, Querétaro y Tabasco. Estos Estados no tienen una política pública de salud mental adecuada, o la están haciendo en la comodidad de sus escritorios, sin conocer la realidad y las posibilidades que se tienen en la actualidad. 

    En el caso de las angustias adultas, principalmente éstas vienen del amor y del dinero, mezcladas o convertidas en otros significantes como el trabajo, las aspiraciones o lo que se desea y no se tiene.

    Tras las Sombras de la Ansiedad: Descifrando los síntomas que pueden pasar desapercibidos, podemos entender que entre los síntomas ocultos se encuentran, cuando las personas viven en su día a día con la tensión en la mandíbula, llamada también bruxismo y que se puede observar mucho cuando duermen las personas, o llegan a tener visión borrosa, pérdida de memoria sin daño neurológico o incluso la caída del cabello por un efecto del estrés.

    La ansiedad se llega a ocultar de manera íntima en la vida de las personas, que terminan por aislarse, por pensar que es un problema que sólo con el tiempo se va a quitar (aunque tengamos pacientes con 75 años de edad que toda su vida sufrieron de ansiedad). Se puede manifestar en personas violentas, celotípicas, inseguras y que generan problemas que les van a costar mucho. 

    ¿Cuáles son los síntomas menos conocidos, pero igualmente importantes de la ansiedad y cómo puedo identificarlos en mi diario andar?

    Otros de los síntomas que no se ven pero se sienten son los síntomas físicos de la ansiedad tales como la fatiga, tensión muscular con bolas en los hombros y cuello, problemas para dormir con insomnio, consumir más cigarro o alcohol del normal, o problemas digestivos como la colitis o la gastritis.

    También pueden aparecer síntomas emocionales como irritabilidad, dificultad para concentrarse, cambios de humor o como si la persona no sabe cómo va a reaccionar, o que tiene una autocrítica severa, donde he atendido pacientes de la tercera edad que nunca en su vida habían hablado de sus problemas personales con algún psicólogo profesional. 

    ¿Qué estrategias puedo usar para manejar estos síntomas y promover el bienestar emocional?

    La mejor estrategia es ser honesto con uno mismo y dejar de fingir que no duele, porque ese dolor psíquico se nota en la calidad de las relaciones familiares y en el trabajo.

    Para las personas que requieran atención psicológica, existe una opción profesional las 24 horas todos los días, donde pueden buscar ayuda con psicólogos en https://psicologiaydesarrollocomunitario.com/agenda-tu-cita/

    Es necesario hacer cambios en el estilo de vida, con ejercicio y alimentación saludable, y en algunos casos se requiere el apoyo de medicamentos, pero eso el psicólogo que te atienda va a definirlo en conjunto.

    Causas y azares…

    • No existen concursos de oposición en las dependencias del gobierno, y poner a los incondicionales y lamebotas de los funcionarios en turno se está volviendo una costumbre que cuesta mucho al erario. Solo sus aplaudidores pueden tolerar esa indecencia.
    • El Plan Michoacán, hecho a 500 kilómetros de ese estado, sin la participación de las Organizaciones de la Sociedad Civil, parece un intento por distraer y para hacer como que se hace algo, sin medidas reales para toda la población, sólo vendiendo lo que por Ley les corresponde y donde un presupuesto de 2 billones de pesos no se ve en la calle.
    • Las empresas y organizaciones van a ir a la baja para el próximo año 2026, por la abusiva política fiscal de la presidenta Claudia Sheinbaum, donde los que más tienen siguen sin pagar sus deudas, y los que aportamos más seguimos con más y más carga impositiva, hasta que la liga que estira se rompa. 

    Hasta la próxima, que es el amor con sus mitologías, con sus pequeñas magias inútiles.

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    • Boris González Ceja. Es licenciado en Psicología y Maestro Educación y Docencia por la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo. Experto en proyectos de salud mental para resultados y fortalecimiento de equipos de especialistas en psicología en temas de violaciones graves de derechos humanos. Consultor de organismos nacionales como la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) e internacionales como el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y la Agencia Alemana de Cooperación Internacional (GIZ). Notoriedad por excelentes estudios de psicología, investigaciones para leyes y por resolver problemas acuciantes a nivel internacional desde la ciencia.

  • OPINIÓN. “Revocación de mandato”. Por Juan Adolfo Montiel

    OPINIÓN. “Revocación de mandato”. Por Juan Adolfo Montiel

    Por JUAN ADOLFO MONTIEL*

    La revocación de mandato es una figura de democracia participativa que, en algunos países, se utiliza para consultar al electorado sobre la continuidad de un gobernante, a petición de la ciudadanía. No obstante, en otras naciones esta figura funciona más bien como un mecanismo similar a la reelección: tras un periodo (comúnmente de cuatro años) se realizan elecciones en las que las y los electores deciden si la persona titular del gobierno continúa por otro periodo, o si, al votar por una opción distinta, se le revoca el mandato y se impide su continuidad.

    En México el diseño es distinto; porque tenemos uno de los periodos más largo de un titular del Ejecutivo, desde 1940 los periodos presidenciales pasaron de cuatro a seis años, con el objetivo de brindar mayor estabilidad política, ya que en ciclos de cuatro años la efervescencia electoral comenzaba demasiado pronto, dificultando la continuidad de los proyectos de gobierno.

    Este modelo de sexenios ha permitido que tanto la Presidencia de la República como los gobiernos locales mantengan periodos de seis años, con renovaciones regulares y ordenadas.

    Si este esquema ha funcionado, especialmente después de una elección tan contundente como la de 2024, no parecería necesario plantear una revocación de mandato a los tres años, ni siquiera someter a consulta la continuidad a los cuatro años. Desde mi perspectiva, lo mejor es preservar la estabilidad que ofrecen los periodos de seis años, tal como ha ocurrido en la historia moderna de México.

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    *Juan Adolfo Montiel Hernández. Es licenciado en Derecho por la UNAM; Maestro en Ciencia Política por la UVAQ. Doctorante en Derecho Constitucional y Derechos Humanos por el Instituto Iberoamericano de Derecho Electoral. Profesor en diversas universidades de Michoacán. Su experiencia laboral la ha desarrollado en el Tribunal Electoral del Estado de Michoacán, el Instituto Nacional Electoral y en el Tribunal Electoral del Distrito Federal. Actualmente en consejero en el Instituto Electoral de Michoacán (IEM).

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